Las cargas dinámicas, o cargas no estáticas, se utilizan especialmente en ingeniería mecánica y construcción. Se supone que a lo largo de la vida útil del componente se producen un gran número de cambios de carga (alternancia entre carga y descarga, cambios en la dirección de la carga o cambios en la altura de la carga). Estos cambios de carga se producen en anclajes con tacos, por ejemplo en robots, grúas y ascensores. Pero también se producen en trenes que pasan junto a muros antirruido o camiones en túneles de carretera, que generan cargas dinámicas en las instalaciones debido al intercambio constante entre presión y succión provocado por el flujo de aire.